martes, 20 de octubre de 2009

Interiores con Luz Diurna

Una de las principales dificultades que surgen al fotografiar interiores con luz diurna consiste en que, en la mayoría de habitaciones, la luz procede de una sola dirección y su intensidad decrece cuanto más cerca se esté del otro lado de la habitación.

  • Si los rayos de sol entran directamente por las ventanas, es probable que sólo una parte de la fotografía ostente un color natural y que el resto presente diversos grados de color intenso y sombras oscuras.
  • Este efecto resulta aún más pronunciado cuando se trabaja con bajas sensibilidades. Sin embargo, colocando unas cortinas en las ventanas, la luz del sol se hace difusa y suave, permitiendo obtener buenas fotos de interiores.
  • Las ventanas muy luminosas no deben aparecer en la foto, debido al gran contraste que crean en relación con el resto de la habitación. Es posible equilibrar aceptablemente semejantes contrastes mediante el «flash» de relleno y proyectando la luz del «flash» sobre el techo y que desde allí recaiga rebotada sobre el tema.

  • Para hacer retratos en interiores empleando solamente la luz diurna, suele ser mejor que el modelo se siente con el rostro ladeado hacia las ventanas y, entonces, dirigir la luz hacia el lado del rostro que permanece en la sombra, para lo cual se empleará una superficie reflectora blanca que puede ser una sábana o un mantel.

  • También hay que tener en cuenta qué clase de luz entra por las ventanas, ya que, de no hacerlo así, las fotos pueden salir azuladas. Un filtro ultravioleta le ayudará a corregir este posible defecto y le permitirá sacar buenas fotos incluso en los días nublados.
  • La medición con el fotómetro debe hacerse partiendo de los tonos medios del modelo cuando éste se halle sentado o de pie, y en la cara cuando se trate de un retrato tomado de cerca.
  • Sin el fotómetro es difícil medir correctamente la exposición, si no imposible de lograr.
  • Jamás debe dirigir la célula del fotómetro hacia las ventanas (salvo cuando esté empleando el método de la luz incidente), y no se olvide del margen de tolerancia correspondiente a los límites de la ley de reciprocidad cuando las exposiciones vayan a ser largas.

  • En la mayoría de casos hará falta un trípode.
  • Si dispone de un espejo convexo, cuélguelo cerca de la ventana para que en él se reflee lo que hay en el exterior. Sacará fotos muy atractivas gracias a este truco. Acerqúese al espejo con la cámara (de 90 a 120 cm.), ya que, de no hacerlo, las imágenes reflejadas perderán fuerza. A ser posible, la profundidad de campo debe abarcar tanto el espejo, incluyendo el marco, como la escena que en él se refleja. Esto comporta cerrar bastante el diafragma, pues, al enfocar directamente el espejo, la imagen reflejada no saldrá nítida.

  • Un efecto parecido, aunque mejor, se obtiene usando una esfera plateada, donde se reflejará todo: la habitación, la cámara... ¡y usted! Por este motivo debe evitarse un número excesivo de fuentes de luz.

  • Cuando llueve y las gotas se estrellan en el cristal de la ventana, ¿por qué no trata de fotografiar el exterior a través de una zona escogida, «encuadrando» la imagen con gotas de lluvia? El mejor efecto suele lograrse haciendo que las gotas salgan nítidas y el resto un poco desenfocado.