jueves, 20 de agosto de 2009

Un poco sobre el color

El color desenfocado, si es luminoso, puede resultar sumamente molesto cuando se presenta en un primer plano de la fotografía. Es cierto que la nitidez total no es siempre imprescindible, hay que tomar precauciones para que las zonas borrosas presenten, siempre que sea posible, una coloración suave, amortiguada.

Los fondos borrosos en los que haya elementos de color intenso desviarán la atención desviarán la atención hacia sí en detrimento del tema o modelo principal, por muy atractivo que éste sea.

Debe evitarse que en una foto aparezcan grandes zonas de colores intensos y contrastados. Se han obtenido magníficos resultados fotografiando escenas que a primera vista parecían desprovistas de color, ya que sus delicados tonos pastel suelen resultar más atractivos que los colores llamativos.

Hablando en términos generales, lo mejor es procurar que los colores más brillantes estén alejados de los bordes de la fotografía, ya que tienden a desviar la mirada del “centro de interés”.

A medda que los objetos se alejan en la distancia, sus colores se hacen más fríos y azulados. De esto se desprende que los colores fríos (tales como los azules y los verdes) retroceden, mientras que los cálidos (Tales como los rojos, naranjas y amarillos) avanzan. Por tanto manteniendo los colores cálidos en primer plano de cualquier composición y los fríos en segundo término, se conseguirá una mayor ilusión de profundidad. Invirtiendo este orden se creará una impresión muy definida de artificialidad.

Orden en “Colores próximos” y Colores alejados”

Próximos (Colores cálidos): Amarillo, Naranja, Rojo

Medio: Verde

Alejados (Colores fríos): Azul, Violeta, Gris azulado


Incluyendo en un primer plano una persona vestida con ropas de colores cálidos cerca de uno de los principales centros de interés, se acentúa el efecto de distancia.

Los colores más intensos (más saturados), pueden retroceder o avanzar, según sea el caso.

Generalmente, una composición que vaya de izquierda a derecha es más agradable y aceptable que una que vaya en sentido contrario. Sin duda esto se debe a que, de manera inconsciente, contemplamos las fotos siguiendo la misma dirección que en la lectura de textos.