martes, 13 de julio de 2010

La Fotografía en verano 2- En el campo

Debido en parte a la calina y, también en parte, a la difusión uniforme de la luz, los paisajes fotografiados desde lejos suelen resultar decepcionantes.
La visibilidad es mejor cuando acaba de llover.

A no ser que en primer término haya algo o alguien, se perderá el efecto de lejanía. También es este caso puede reducirse el matiz azulado empleando un filtro ultravioleta.
En los días completamente despejados es una buena idea tratar de romper la monotonía del ciel haciendo que aparezcan en primer término unas cuantas ramas o un poco de follaje, que, además contribuyen al necesario equilibrio del primer término.
Los campos y senderos ondulantes constituyen espléndidos temas cuando son fotografiados bajo la suave luz del atardecer.
Lo mismo sucede con las calles de los pueblecitos, las techumbres de teja y las casas de campo de original configuración.
La textura en las paredes revocadas y de la madera envejecida queda puesta de manifiesto, aunque es preciso no olvidar que la luz del atardecer es susceptible de imprimir una tonalidad amarillenta en todo ello, incluso en el rostro de las personas que aparezcan en la foto.
No debe despreciarse la puesta de sol, arguyendo que se trata de un tema trillado y sentimentaloide. Puede que los ea, pero nunca dos crepúsculos son iguales y, además, hacer la foto en el campo representa un modo de escapar del acostumbrado primer término de agua.
Suele ser lo mejor ajustar la exposición de manera que conserve una buena parte de la riqueza cromática del cielo, dejando la línea del horizonte y el primer término en la sombra.
Jamás debe emplearse una exposición excesiva para una puesta de sol., especialmente en las tierras bajas, ya que en ellas es posible que produzcan neblinas que den a la imagen un aire de irrealidad.
Si quiere probar suerte fotografiando el arcoiris, es conveniente una ligera subexposición (los colores no son ni mucho menos tan intensos como parecen a simple vista).
La luz del sol desde lo alto no sirve para fotografiar en el bosque, ya que hace salir motas y puntos brillantes por todas partes, produciendo además contrastes demasiado fuertes. Incluso en las mejores circunstancias los bosques son un tema delicado.

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