Fotografiando personas
La tentación de acercarse demasiado con la cámara es siempre muy fuerte cuando se fotografían personas. Los retratos de medio cuerpo pueden ser complicados, a menos que se utilice un objetivo de focal larga (Teleobjetivo). De este modo, puede "llenarse" la foto desde una distancia de metro y medio a metro ochenta.
Acercándose más, se corre el riesgo de que se produzca una forma muy sutil de deformación, especialmente si las facciones de las personas son muy definidas.
Con un objetivo normal o "standart", es más seguro por lo general, contentarse con hacer fotografías de medio cuerpo a cuerpo entero.
Recuerde que la luz del sol no constituye la mejor iluminación para los retratos al aire libre, dado que, además de producir sombras muy intensas, hace que el modelo frunza el ceño y haga muecas desagradables. En días así es mejor buscar la sombra de un edificio.
Los árboles sólo sirven cuando su follaje es realmente espeso, ya que de lo contrario tienden a provocar la aparición de manchas en el rostro, debido a que el sol se filtra entre las hojas. Por otra parte, si las hojas están demasiado cerca, reflejan su color sobre el modelo y éste aparece con un matiz verdoso en la piel.
Cuando la luz del sol no es intensa y queda tamizada por alguna nube blanca y poco espesa, pueden tomarse buenos retratos libres de sombras demasiado fuertes.
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