martes, 29 de junio de 2010

El fondo en los retratos

Al retratar a personas deben evitarse los fondos recargados de detalles que distraen la atención. Si se pretende hacer un retrato en el verdadero sentido de la palabra, es muy importante elegir bien el lugar, pues de la elección depende el éxito o el fracaso.
Si lo hace usted en el jardín, vigile que no haya cosas como emparrados, telas metálicas, vegetación, etc... que puedan salir en la fotografía.
Un viejo truco consiste en situar el modelo en un portal o ventana abiertos. Las paredes, sean lisas o revocadas, también ofrecen buenas posibilidades.

El cielo
es también un buen elemento como fondo. Esta clase de fondo obliga a fotografiar empleando un ángulo visual bajo. No siempre es fácil evitar que aparezca lo que no se desea: postes, cables, etc.
Los fondos de flores son muy adecuados para las señoras. La luz que reflejan las flores es muy útil para reducir el contraste de las sombras, pero hay que vi¡gilar que no reflejen también el color.
La peor pose que puede adoptar el modelo es aquella en la que los hombros aparecen perfectamente alineados ante la cámara. Incluso cuando el retrato deba mostrar todo el rostro, los hombros deben colocarse siempre de forma que uno esté más adelanado que el otro. La persona debe girar la cabeza para mirar el objetivo o hacia el lugar que el fotógrafo le indique.
En la imagen no debe notarse la "pose", ni el modelo debe parecer tenso. Esto no se consigue en cinco minutos. Lograr la naturalidad, conseguir que el modelo esté tranquilo, representa haber ganado la mitad de la batalla. Si se pretende que sonría, ésta debe ser natural, fruto de una conversación agradable, no de una orden.
Un hombro más adelantado que el otro.

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