martes, 25 de mayo de 2010

RAW


Para entender qué es este formato y cómo puede ayudarnos a obtener mejores imágenes, necesitaremos observar la parte correspondiente a la captura en el proceso de fotografía digital. Todas las cámaras digitales de un solo disparo (excepto las que usan el chip Foveon) contienen un sensor compuesto por una cuadrícula, o matriz, con unos puntos sensibles a la luz.
Cada uno de estos puntos responde proporcionalmente a la cantidad de luz que llega a su superficie. Al grabar y analizar cada una de esas respuestas se atribuye un tono a cada posición del sensor en la cuadrícula. De esta forma puede formarse una fotografía digital a partir de la gama de brillo de la escena que ha penetrado a través del objetivo en dirección a la superficie del sensor.
Por más fantástico que resulte, este proceso sólo produce una imagen monocromática (blanco, negro y gris), ya que los sensores CCD (dispositivo de carga acoplada) o CMOS (semiconductor de óxido de metal complementario) no pueden registrar el color de la luz sino solamente la cantidad que llega al punto del sensor.
Así que, ¿cómo pueden crear nuestras cámaras una foto en color con un sensor monocromático? Para producir una fotografía digital en color se añade un pequeño filtro a cada uno de los puntos del sensor.
En la mayoría de las cámaras esos filtros son una mezcla de los tres colores primarios (rojo, verde y azul) y están dispuestos siguiendo un diseño que se conoce como patrón Bayer. Contiene un 25% de filtro rojo, un 25% de azul y un 50% de verde, donde el mayor porcentaje de verde se ha dispuesto con el fin de simular la sensibilidad del ojo humano a esa parte del espectro visible.
Añadir un filtro de color a cada sensor significa que responden tanto al color como al brillo de partes de la escena.





Mosaico de Bayer de filtros de color en el
arreglo de pixels de un sensor de imagen
como los utilizados en numerosas cámaras digitales.
Con este sistema, los diversos componentes de una escena en color se graban como una matriz o diseño de píxeles rojos, verdes y azules de diferente brillo. Si se amplía mucho una de esas imágenes se ve la matriz tricolor que se creó en el momento de la toma.
Los datos del sensor no procesados que se guardan en ese instante son lo que se denomina archivo raw. Contienen información sobre el brillo y el color de la escena, pero en un formato que no puede editarse o retocarse inmediatamente con los programas de fotografía habituales.
Hasta la aparición de los actuales programas y cámaras digitales equipados para trabajar con el modo raw, los fotógrafos desconocían la existencia de dichos archivos, dado que las imágenes que tomaban con sus cámaras pasaban inmediatamente del estado raw a los muchos más familiares (y útiles) JPEG o TIFF.
Esta conversión es una parte integral del proceso de captura de la imagen, cuando los datos raw procedentes del sensor se utilizan para crear una imagen a todo color. Unos algoritmos especiales cambian los datos del patrón Bayer a la forma RGB estándar; durante el proceso los detalles adicionales de los puntos no rojos, por ejemplo, se crean usando la información de los puntos rojos, verdes y azules circundantes.
Este proceso se denomina interpolación y, aunque tiene la apariencia de un montón de "humo y espejos", funciona extraordinariamente bien en la mayoría de las cámaras.
Así que cuando decide guardar sus imágenes en formato JPEG o TIFF, el proceso de captura e interpolación tiene lugar dentro de la cámara cada vez que pulsamos el obturador.
Al seleccionar el modo raw como formato de captura favorito hace que la cámara deje de procesar los datos del sensor de colores (primarios) separados y se limite a guardar los datos en la tarjeta de memoria.


Mezcla aditiva de los colores primarios.
Esto significa que la descripción completa de lo que la cámara "ve" se guarda en el archivo de imagen y queda a su disposición para usarla para producir imágenes de calidad.
Al seleccionar el modo raw para hacer imágenes de calidad, la cámara almacena sólo la imagen raw y EXIF o metadatos (tipo de cámara, objetivo y distancia focal utilizada, diafragma, velocidad, etc.). Cualquiera de los parámetros y programas preestablecidos que hagamos, como el contraste, la saturación, nitidez, tono de color no afecta a los datos grabados para la imagen. Sin embargo, pasan a ser los valores por defecto durante la conversión a raw a menos que optemos por cambiarlos todos o alguno de ellos.
Durante la toma la cámara sólo procesa los ajustes de sensibilidad ISO, la velocidad de obturación y el diafragma.

Información obtenida del libro Manual del Revelado RAW de Philip Andrews.
Ediciones Omega 2009 www.ediciones-omega.es 

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