miércoles, 7 de octubre de 2009

Fotografiar con luz artificial. 1/2

Tal vez la mayor ventaja que ofrece el fotografiar con luz artificial estriba en el control que con ello se consigue, especialmente en el caso de los retratos.
  • Cuando se trata de la luz diurna, o simplemente natural, la fuerza, dirección y tipo de iluminación hay que tomarlas tal como son. Pero, si se emplea solamente luz artificial, podemos colocar la lámpara o lámparas de modo que nos den el efecto o equilibrio deseados. La iluminación puede ajustarse para que se adapte al tema, en vez de que suceda al revés.

Cuando se trata de la luz diurna, o simplemente natural,
hay que tomarlas tal como son.
  • Para fotografiar en casa basta, por supuesto, con las lámparas que utilizamos normalmente. Puede resultar interesante quitar las pantallas y cambiar las bombillas por otras un poco más intensas.

  • La posición de la lámpara del techo es demasiado elevada y produce las mismas sombras de arriba abajo, que nos esforzamos en evitar al trabajar bajo el sol del verano.
  • Además, los focos se emplean con una superficie reflejante ( que suele ser metálica) y no resulta un gran desembolso el adquirir unos soportes telescópicos equipados con pantallas giratorias.
  • El circuito de electricidad doméstica puede resistir tranquilamente hasta tres focos con una intensidad de 275 vatios y una duración aproximada de tres horas. Pero antes de nada compruebe la potencia contratada por usted a su compañía eléctrica si no quiere quedarse a oscuras en su primera sesión.


La exposición

  • Para calcular la exposición es preferible emplear un fotómetro independiente del que nos facilita la cámara.
  • Algunos fotógrafos recurren al método de la luz incidente; otros se conforman con el método más convencional, que consiste en medir la luz reflejada.
  • Sin embargo puede adoptarse un sistema a base de «números guía» teniendo en cuenta la ley del cuadrado de la distancia, es decir, que la luz se halla en proporción inversa con el cuadrado de la distancia entre la fuente y la superficie.
    Trasladando la lámpara a doble distancia del tema, se hace necesario multiplicar la exposición por cuatro en lugar de limitarse a doblarla.

  • Recuerde que no debe mezclarse la iluminación de los focos (si es halógena) con la luz diurna ni con la iluminación normal de la casa (si ésta no tiene la misma temperatura de color).

  • Empleando solamente dos lámparas, pueden lograrse buenas fotos. Se colocan las dos a la misma distancia con respecto al tema en un ángulo de unos 45°, pero una ligeramente más alta que la otra.
  • El mejor sistema para instalar las luces consiste en situar en primer lugar la luz principal, estudiando el efecto logrado, y después, según el resultado que se consiga, ir colocando las demás.
  • La segunda (de relleno) debe estar colocada aproximadamente a una vez y media la distancia respecto a la lámpara principal y a una altura ligeramente inferior.
  • El aumento de esta distancia entre luces trae consigo el aumento de contraste.
  • Los ajustes de la altura, el ángulo y la distancia, aun los más pequeños, pueden producir una diferencia apreciable. Recuerde, además, que una sombra proyectada es menos oscura a simple vista que en la foto.